Eso de que la suerte no existe no es verdad y me pongo
enferma cada vez que lo oigo. (También podría decir que “me entra un chungo”
que sería mucho más concreto y apropiado para el momento, pero tengo comprobado que el lenguaje cheli,
popular o de la calle, por escrito queda fatal...
Lo gracioso del caso es que tampoco se puede decir que la tenga
mala, la tengo…caprichosa. Seguro que muchísima gente diría que soy
afortunada, pero eso depende de con quién te compares claro y en estos tiempos,
el ejercicio merece la pena.
Antes me daba por apuntarme a cualquier concurso de “Super” y me tocaron unos cuantos regalos. A la mayoría de
ellos no les encuentro el uso apropiado, y la verdad no me gusta acumular a lo tonto. Mi tía Celes sí que hubiera disfrutado, hubiera alucinado con tanto regalito, ella que en las fiestas de Ondárroa siempre, cada año, me llevaba al “Barquito americano” “¿En qué puerto parará el barquito americano? ¡Hagan
sus apuestas señores!. Y la tómbola por supuesto, ella me daba el dinero para
comprar los billetes, lo cual me hacía una ilusión que ahora no consigo con un
vestido de Versace…
En su momento el concurso de la tele por excelencia, en el
que se podía ganar más dinero fue “El precio justo”. Escribí, me convocaron a la
primera, y poco después el gran Joaquín Prat me llamaba “Aaa juuugaaaarrr”, ya ves tú... yo que sólo había ido para ver el programa, hacer contactos... lo habitual. No pensaba poder jugar y mucho menos ganar un premio. Y es que ya sólo participar no era nada fácil de conseguir, ya que por lo que me pude enterar, había gente del mismo Madrid que se
presentaba todas las semanas de grabación y no les escogían.
¿Que qué me llevé? pues por lo anteriormente dicho... deduciréis que el premio gordo no, pero si un “pellizquito”.
¿Que qué me llevé? pues por lo anteriormente dicho... deduciréis que el premio gordo no, pero si un “pellizquito”.
A la lotería juego, porque ya se sabe si no juegas seguro
que no toca, así que un par de eurillos a la semana se me van en algún juego de azar… y ¿a qué venía todo esto? Aaah…
lo de que me han quitado los anuncios del blog y me han contestado a mi recurso rápida y eficazmente que no…
Sígueme en twiter @ladebilbao
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La suerte siempre es caprichosa Susana. Si lo piensas bien hasta en el significado se adivina.
ResponderEliminar"Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede". Yo te la deseo siempre favorable.
Saludos
Txomin.
De que es caprichosa no me cabe ninguna duda, todavía no has podido comentar con tu nombre...!:)
ResponderEliminarGracias por tus buenos deseos, ojalá se cumplan.
Saluditos
...siempre me pregunté quién era esa niñata guapa que acompañaba a su abuela al aburrido barquito americano, en la explanada de las barracas de detras de las escuelas de Ondárroa. Siempre pensé en invitarla a un algodón de azúcar, pero me daba corte. Yo me lo gastaba todo en el carrusel, y creo en la suerte. Un abrazo, Sus.
ResponderEliminarQué bonito Rober!. Seguro que nos cruzamos alguna vez con nuestras respectivas "amamas" :)
ResponderEliminarSaluditos
Por supuesto que existe la suerte, pero no podemos de caer siempre en la tentación de echar la culpa de su no existencia cuando algo nos sale mal. Gracias por tu artículo.
ResponderEliminarHay mucha gente que es de la opinión de que no existe... pero mucha!. Desde luego hay que buscársela, eso sí.
ResponderEliminarSaluditos
hola susana , yo pienso que si existe ,en mi entorno hay gente que juegue a lo que juegue o haga lo que haga , todo le sale bien , y a otros , entre los que estoy yo , que seguimos persiguiendo esa suerte . un saludo
ResponderEliminarMe alegro de no ser yo la única que piense que la suerte existe!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Saluditos.
llevo años buscando esa suerte y no logro encontrarla,si tienes alguna pista comunicamelo gracias miguel
ResponderEliminarLo mismo te digo.. jaja. Desde luego hay que buscársela pero ¡Estamos en ello!
ResponderEliminarGracias Miguel, un beso