EL AMOR NO BASTA

Siempre nos han dicho que el amor es la base y que todo funciona  a su alrededor. Estoy de acuerdo en que sin afecto la vida sería realmente insoportable pero desde luego las cosas no son tan fáciles como nos las han pintado, la realidad poco o nada tiene que ver con lo que vemos en las películas.

Desde niñas nos han inculcado que la auténtica felicidad nos la dará el ansiado "príncipe azul" y la culpa de eso no la tienen nuestros padres, porque incluso ahora con tanto adelanto y modernidad, los cuentos y las películas infantiles siguen transmitiendo exactamente el mismo mensaje. De ahí tanta confusión y decepción en las relaciones "románticas" que al final no lo son tanto.

Conozco a muchas mujeres que aún siguen en la búsqueda inexorable de "Don perfecto", ese hombre atractivo,  varonil, sensible pero seguro de sí mismo, que las sacará de sus vidas a menudo monótonas y miserables, y las transportará con un chasquido de dedos al Nirvana más absoluto. Chicas... ¡hay que ponerse las pilas!, en estos tiempos los cuentos de hadas no encajan y si nos empeñamos en esa absurda fantasía es más que probable que lo único que logremos sea vivir una vida solitaria y lejos de la realidad, lo cual sólo nos puede llevar hacia el enloquecimiento o la enajenación mental, y os puedo asegurar que no exagero ni un poquito.

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Tampoco digo que haya que conformarse con lo primero que se encuentra o se tiene a mano, un poco de romanticismo está bien, pero antes de tomar una decisión pensad porqué razón la estáis tomando. Si lo encontráis cuidadlo como si fuera la planta más delicada que hay que abonar y regar, quizás no todos los días,  no demasiado porque se puede ahogar. No esperéis que os lo den todo hecho, lo que de verdad merece la pena cuesta esfuerzo conseguirlo y lo digo yo que me he equivocado más veces de las que quisiera. 

No os dejéis llevar por lo superfluo porque dura muy poco. Al final lo importante es tener al lado alguien que nos quiera incluso con nuestros claroscuros. Alguien con quien nos apetezca compartir nuestros pensamientos, incluso los más absurdos, que nos entienda y que nos acepte tal y como somos porque tampoco se puede decir que las princesas abunden...