Me pregunto cuantas veces puede uno confundirse, tropezar, precipitarse al vacío sin demasiadas consecuencias.
Qué número de errores se puede asumir sin perder la cordura. Cuantas veces puedo uno recomponerse, volver a ser quien era o quizás convertirse en una persona mejor.
A cuanto se puede renunciar sin saber el tiempo que nos queda.
¿Cómo se sabe si en esta ocasión hemos tomado la decisión correcta?. Dudo que alguien tenga la respuesta.

Quizás alguien "maneje los hilos", existan señales de que lo que hacemos está bien o no, como en esas "pseudo películas" con las que nos bombardean sin escrúpulo alguno en estas fechas.
Lo que está claro es que nos toca ser positivos, cuestión de supervivencia. Que todo vuelva a empezar, que todo vuelva a brillar, como dice Dani Martin.
Quizás, ésta sea la buena, incluso si no dura demasiado. Nadie dijo que fuera a ser fácil ni para siempre tampoco...