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Ya sabemos que Internet tiene muchas cosas positivas y sobre todo prácticas, tantas que a menudo olvidamos cómo hemos podido vivir sin "la mágica conexión". Olvidamos que se puede correr verdadero peligro si no se toman precauciones.
Voy a obviar el tema de los menores porque me resulta demasiado escabroso e inquietante, pero los adultos no estamos en absoluto a salvo, sobre todo con la falta de intimidad que la Red trae consigo. En su día hablé de Facebook, de sus "pros" y sus "contras", del gran cambio en la forma de relacionarse que han traído las Redes Sociales en general. Y es que ya nada es como era, se ha puesto de moda "echarse novio/a" con excesiva facilidad e incluso con urgencia.
No lo pensamos dos veces y habría que hacerlo porque cada vez más, la gente, por razones que a veces escapan a mi comprensión, se esconde tras su ordenador, en la intimidad de su hogar, y puede inventarse una nueva vida e incluso suplantar la de otro, si la suya no le gusta.
No lo pensamos dos veces y habría que hacerlo porque cada vez más, la gente, por razones que a veces escapan a mi comprensión, se esconde tras su ordenador, en la intimidad de su hogar, y puede inventarse una nueva vida e incluso suplantar la de otro, si la suya no le gusta.
Las relaciones por Internet están a la orden del día. Hay que admitir que las Webs de contactos son prácticas, asequibles para casi todos, y muy atractivas. Pero engañar es más fácil que nunca, mostramos nuestra mejor cara para que nuestra imagen "venda" y conseguir ser más populares. Hasta ahí bien, pero cuando los sentimientos entran en juego el tema cambia, y como hemos visto en muchos reportajes y programas, hay situaciones que causan auténtico dolor e incluso pueden desembocar en pequeñas o grandes tragedias.
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Anna Taut_______Open ArtGroup_______@ |
Ya no hace falta dar explicaciones de ningún tipo para descartar a alguien si no nos interesa, con "desaparecer" basta. Bloqueamos, borramos, ignoramos sin contemplaciones, sin mover un sólo músculo tachamos de la lista de nuestra vida a quien no nos interesa, y el que esté libre de culpa que tire la primera piedra, porque estoy convencida de que todos lo hemos hecho no una, sino muchas veces.
Sin enbargo, tengo que insistir en que cuando los sentimientos y mucho más la pasión, entran en juego no deberíamos obviar el daño que producimos cuando con un mínimo esfuerzo y sobe todo buena educación, podemos evitar el sufrimiento de otros. Es tan fácil como recordar cómo duele cuando nos ignoran...