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De cualquier forma, y aunque ciertamente es
difícil ver a las mas jóvenes ya entrada la noche en bares o discotecas, hay
una sensación lúdica allá por donde se vaya. La vida no es tomada demasiado en
serio, siempre que haya suficiente para comer. El sexo es parte muy importante
de la vida cotidiana, son sexualmente muy activos y prolíficos. No es raro
encontrar familias con diez o doce hijos. Así y todo, la sexualidad se toma como puro divertimento. Hacer el amor es
para ellos “jugar” o así lo llaman en lenguaje coloquial
En la casa de un familia típica, con el hombre "ausente" |
Alguien me dijo una frase que se me quedó
grabada: “No hay madres solteras sino padres irresponsables”. No es infrecuente
que los hombres tengan varios hijos fuera del matrimonio, o que mantengan relaciones
con la vecina de al lado y la esposa esté al tanto de todo. Lo que uno se
pregunta es qué hacen las mujeres ante tanto atropello. Pues bien y como casi
siempre, ellas hacen lo propio pero de una forma mas inteligente y discreta,
porque no vayamos a olvidar que, por supuesto, “ellos” son tremendamente
celosos e incapaces de perdonar el menor desliz.
En
los hoteles lo tienen muy claro. Cada tres meses realizan la prueba del SIDA a
todos los empleados de forma obligatoria. Parece que afortunadamente el uso de
los preservativos se ha generalizado, aunque no dentro del matrimonio o pareja
estable
Bienvenida clásica de los hoteles |
Quise
saber que es lo que piensan los más jóvenes de todo esto. Las nuevas
generaciones están cambiando, pero el ritmo de esa transformación es desde luego
demasiado lento.
“Melita”
tiene dieciocho años y tiene mucha suerte. Está estudiando leyes, y desde luego
no tiene prisa en casarse, lo que antes era asunto primordial para cualquier
mujer. Desde luego tampoco tiene las cosas fáciles. Cualquier capricho, por
pequeño que sea, le cuesta un verdadero sacrificio: Tienen que pasar varios
meses para que consiga ahorrar lo suficiente para poder comprarse unas
“deportivas” o una blusa para salir a pasear.
La
madre de Melita tiene cincuenta y pocos años y se ha pasado media vida entre
embarazos y partos. Melita quiere una vida mejor, diferente. En consecuencia
está poniendo los medios: “ En mi casa somos diez hermanos y me ha tocado
encargarme de la mayoría de ellos. Desde
luego tengo mucho cuidado con lo que hago. Las muchachas se ennovian a la edad
de doce o trece años y enseguida empiezan a traer niños al mundo. En mi casa
somos muchos, y yo me esfuerzo en hacerlo mejor que mi mamá. Hay muchas cosas
que me gustaría tener y que ella nunca ha tenido".
Esta es la filosofía de una chica de hoy en la
república. Esforzarse por estudiar y aprender para no quedarse atrás y poder
subir al carro descontrolado del consumismo...