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martes, 8 de abril de 2014

REPÚBLICA DOMINICANA, PARAÍSO DEL "MACHO" 2


mujeresdelmundo.blogspot.com
Las mujeres se toman como algo natural el que sus hombres se vayan casi con cualquiera, en cualquier momento y sin muchas explicaciones.
De cualquier forma, y aunque ciertamente es difícil ver a las mas jóvenes ya entrada la noche en bares o discotecas, hay una sensación lúdica allá por donde se vaya. La vida no es tomada demasiado en serio, siempre que haya suficiente para comer. El sexo es parte muy importante de la vida cotidiana, son sexualmente muy activos y prolíficos. No es raro encontrar familias con diez o doce hijos. Así y todo, la sexualidad se  toma como puro divertimento. Hacer el amor es para ellos “jugar” o así lo llaman en lenguaje coloquial
En la casa de un familia típica, con el hombre "ausente"
Alguien me dijo una frase que se me quedó grabada: “No hay madres solteras sino padres irresponsables”. No es infrecuente que los hombres tengan varios hijos fuera del matrimonio, o que mantengan relaciones con la vecina de al lado y la esposa esté al tanto de todo. Lo que uno se pregunta es qué hacen las mujeres ante tanto atropello. Pues bien y como casi siempre, ellas hacen lo propio pero de una forma mas inteligente y discreta, porque no vayamos a olvidar que, por supuesto, “ellos” son tremendamente celosos e incapaces de perdonar el menor desliz.

En los hoteles lo tienen muy claro. Cada tres meses realizan la prueba del SIDA a todos los empleados de forma obligatoria. Parece que afortunadamente el uso de los preservativos se ha generalizado, aunque no dentro del matrimonio o pareja estable



                  Bienvenida clásica de los hoteles
Quise saber que es lo que piensan los más jóvenes de todo esto. Las nuevas generaciones están cambiando, pero el ritmo de esa transformación es desde luego demasiado lento.
 “Melita” tiene dieciocho años y tiene mucha suerte. Está estudiando leyes, y desde luego no tiene prisa en casarse, lo que antes era asunto primordial para cualquier mujer. Desde luego tampoco tiene las cosas fáciles. Cualquier capricho, por pequeño que sea, le cuesta un verdadero sacrificio: Tienen que pasar varios meses para que consiga ahorrar lo suficiente para poder comprarse unas “deportivas” o una blusa para salir a pasear.

La madre de Melita tiene cincuenta y pocos años y se ha pasado media vida entre embarazos y partos. Melita quiere una vida mejor, diferente. En consecuencia está poniendo los medios: “ En mi casa somos diez hermanos y me ha tocado encargarme  de la mayoría de ellos. Desde luego tengo mucho cuidado con lo que hago. Las muchachas se ennovian a la edad de doce o trece años y enseguida empiezan a traer niños al mundo. En mi casa somos muchos, y yo me esfuerzo en hacerlo mejor que mi mamá. Hay muchas cosas que me gustaría tener y que ella nunca ha tenido".

Esta es la filosofía de una chica de hoy en la república. Esforzarse por estudiar y aprender para no quedarse atrás y poder subir al carro descontrolado del consumismo...






 
 

jueves, 3 de abril de 2014

REPÚBLICA DOMINICANA, PARAÍSO DEL "MACHO"

A riesgo de que me pongáis de todos los colores, he rescatado un reportaje que se publicó hace muchos años en la revista del Instituto Vasco para la mujer "Emakunde". Como  la publicaron en euskera y no tuvo mucha repercusión, me tomo "la revancha ". Más que nunca se trata de mi opinión y lo que vieron mis ojos. Como es un poco largo únicamente os presento una primera parte. Si os gusta publicaré el resto.
 
www.viajaralcaribe.net


Uno se da cuenta de que está en la República Dominicana nada mas bajar del avión y poner el pié en el suelo. La bofetada de calor húmedo se contrarresta rápidamente con las sonrisas de bienvenida incluso de la policía, que además recaba información “adicional” como el hotel en el que una se hospeda. El tremendo lío inicial de maletas y papeleo, acompañado eso sí siempre de 10 dólares sin los que nadie puede entrar o salir del país, se dispersa un poco con los “Vaya por ahí mi amor”, “Dígame que es lo que Vd. desea, ¡bella!...etc.



Detrás de tan acogedora bienvenida se esconden muchos y graves problemas, de los que sobre todo las mujeres y para variar, tienen mucho que decir. No hay que esforzarse demasiado para que a uno le cuenten historias. Los dominicanos son eminentemente acogedores. Las mujeres son tímidas pero después de un rato en el que  valoran silenciosamente a su interlocutor y pierden un poco el temor inicial de hablar con una europea, (con los hombres prácticamente no se atreven a  hablar), acaban ofreciendo su casa y algún primo suyo en edad de “merecer” si es que, ¡Vaya por Dios!, una no estuviera casada.



"Solterita alegre" Ya vé usted...
 En este país es inconcebible el que una mujer medianamente atractiva, sin defectos físicos aparentes, no tenga esposo o por lo menos “novio formal”. Se quedan absolutamente estupefactos cuando oyen hablar de mujeres cuya profesión no les deja tiempo para formar una familia, o tener hijos.
Las mujeres dominicanas son de buen conformar, tienen poco y con poca cosa se “apañan”. Llama la atención su especial criterio de conducta frente a los hombres. Los tratan como si fueran una especie en peligro de extinción, como algo precioso que hay que venerar y cuidar de cerca para que no ocurra que al menor descuido “otra” se lo lleve por delante. Por ello tampoco entienden muy bien aquello de que uno viaje y su pareja se quede en el lugar de residencia. Las parejas dominicanas se mantienen juntas en todo momento, mientras la relación funcione por supuesto, pero suele suceder  que no se mantienen excesivamente en el tiempo, quizás por un excesivo “celo”por ambas partes.

 Antes de la llegada del turismo a la república, el sometimiento  de la mujer dominicana al hombre era total. Ellos eran los que llevaban las “habichuelas” a la casa y por ello había que tragar “carros y carretas”. Hoy en día la situación ha cambiando sólo ligeramente. Las mujeres han encontrado una vía de escape en hoteles y restaurantes, donde pueden trabajar como camareras o limpiadoras, con lo que aportan unos pesos a la economía familiar y no se sienten  tan sojuzgadas.

BY SUSANA FADÓN
De cualquier forma y según me contaba María Inocencia, una camarera del hotel donde me hospedaba, se puede tener la mala suerte de topar con un “Merenguero” (dícese del varón al que le gusta la música nacional, el Merengue, las mujeres y sobre todo “tomar” Ron). Con ellos la cosa se complica porque las ocho o diez mil pesetas que al cambio pueden llegar a ganar al mes, se las gastan en aquellos menesteres en los que las mujeres “oficiales” de los merengueros, poco o nada intervienen.

 “Los hombres dominicanos son muy machos y les gustan mucho las mujeres blancas como ustedes, pero sobre todo las españolas que son mas bravas” me dice Inocencia con cara de picardía. Al parecer la fidelidad no es algo que se practique con frecuencia: “¡Ah, sí! a los dominicanos les gusta mucho “jugar”, pero si están casados con anillo, papeles y todo, no se atreven a hacer nada porque va en contra de la ley y los pueden meter presos”.... 

 ¿CONTINUARÁ?




miércoles, 26 de marzo de 2014

ETIQUETAS

www.filmaffinity.com
Están muy bien para esta peli (por ejemplo), que recuerdo me gustó mucho en su tiempo. En la vida real ya es otra historia.
Nos etiquetan nada más nacer y desde ese momento se produce una loca carrera  hasta que nos rotulan casi casi en la frente, todo lo que se quiera, como si fuéramos un producto a la venta. 
Una vez que somos adultos, los prejuicios son los que mandan. Ya no se trata de ponernos una pulserita identificativa contra el riesgo de pérdida o de robo, tan en la actualidad informativa. Me refiero a esa manera cruel de clasificar a los seres humanos, porque no hay que olvidar que lo somos, sino podríamos acabar en algún tipo de "rebaño" de última tecnología, eso sí.
Hay alguna con las que me siento más o menos identificada y que no puedo eludir. MUJER, sí encantada de serlo y por los cuatro costados. Nunca me cambiaría por un hombre por muchas ventajas que todavía tenga serlo. BUENA PERSONA, para mí la más importante y la
planosinfin.com
que más me gustaría usar pero bastante escasa. Estamos en ello. Pero etiquetas como la edad, me parece casi la más ridícula de todas. Uno charla, está a gusto con alguien independientemente de si es un niño o una persona "mayor", porque claro todo eso ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos. "La edades" ya no son lo que eran, como casi todo, pero en este caso creo que para bien.
TRABAJO, ahora se trata más de si lo tienes o no, que la importancia del mismo. PATRIMONIO, siempre existirá gente interesada en lo que tienes o dejas de tener. Este tipo de "clasificación" ya me revuelve las tripas directamente.
De “La web de Jessar”
Me gustaría tener la solución para salir de todo esto y que la gente no se sintiera mal. Uno no es "viejo" por los años que tiene, quizás es más joven aquél que ha vivido cosas que ciertos "jóvenes" ni siquiera se atreven a soñar. Habría tanto de qué hablar...
Únicamente,  me gustaría que mis amigos, la gente que me quiere, me dejaran ser como soy. A veces una niña con toda su inocencia, y que a pesar de que sabe más de lo que le gustaría, sigue encontrando tremendos placeres en las cosas más pequeñas y absurdas, que le encanta reír y bromear y pensar que "todo el mundo es bueno". Me niego a ser adulta todo el tiempo, es demasiado duro...


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