By Anabel Díaz. (Mexico) |
En estos últimos tiempos, sonreír cada vez resulta más difícil. No hay muchas razones ni incentivos para hacerlo. A pesar de ello, es ahora cuando más debemos practicar este "deporte" porque no hay mejor antidepresivo que una buena carcajada.
Siempre digo que sonreír no cuesta dinero, que es bueno para la piel y no digamos para la expresión del rostro. No se puede comparar una cara relajada, brillante, chispeante con otra crispada, tensa, irritada...
Cuando camino por la ciudad, me suelo fijar en los gestos, en las expresiones de las caras con las que me voy cruzando. Todavía hoy me sorprende que haya gente que vaya por la vida "perennemente cabreada". Lo mejor, es que a ellos les resulta inquietante que les devuelva su mirada con una sonrisa, en fin.
Aparte de la imagen que se proyecta y que estoy segura de que vuelve a uno mismo, ir con determinadas expresiones por la calle no puede traer nada bueno.
De cualquier forma tengo la ventaja de ser de naturaleza risueña, con lo que tengo la risa fácil. Pero si en vuestro caso no es así esforzaos, aunque tengáis que morder un "boli" para conseguir siquiera el gesto, aunque parezca exagerado, mantener una expresión alegre es hasta bueno para la salud, y si no, os aseguro que estamos mucho más guapos.
Aparte de la imagen que se proyecta y que estoy segura de que vuelve a uno mismo, ir con determinadas expresiones por la calle no puede traer nada bueno.
Al mal tiempo... |