«Si algo puede salir mal, saldrá mal.» Y eso no lo dice sólo él, conozco muchos adeptos...
El tal Murphy era un ingeniero estadounidense que trabajó sobre experimentos con cohetes, pero hay miles de teorías sobre el origen de la mencionada ley así que no voy a
profundizar sobre el asunto.
El caso es que yo soy una clarísima víctima de la puñetera ley esa. Ejemplos tengo miles, como mi llegada y mi vuelta de vacaciones. Parece que los astros se conjuran en mi contra para que todo resulte lo más complicado posible. A mi regreso por ejemplo, me he encontrado no con uno sino dos avisos de correos que requerían pasarme corriendo por sus oficinas. A pesar de haberlo hecho nada más dejar la maleta en casa, no son asuntos fáciles de resolver.
Por supuesto, cuando estoy en casa, a mi buzón sólo llega publicidad.
Tampoco trabajo mucho con mensajerías, pero "mira tú por dónde" me he encontrado con sendos avisos de que se habían pasado y al no encontrarme en casa han tenido que
devolver el paquete o la carta y tal y tal...
En cuanto al viaje en sí, no ha estado mal ,no me puedo quejar. En el aeropuerto, desde luego aunque sea la primera de la fila para facturar, de repente la señorita azafata , tiene no se qué problema y debe ausentarse "un momentito nada más" , lo que se traduce en que se abren otras filas a las que yo ya no me puedo desplazar porque lo mío está a medio hacer, y veo cómo va desapareciendo hilera tras hilera, porque las otras compañeras facturan a la velocidad del diablo, mientras yo sigo esperando a que vuelva la "aeromoza". En esas ocasiones contemplo seriamente la posibilidad de darme a la bebida...
Y ¿las casualidades?, yo en esto ya no se qué pensar, igual merece un artículo aparte, pero no lo creo porque si fueran de las buenas todavía, coincidencias como las de "los amantes del círculo polar" de Medem, aunque sin rastro de romanticismo claro... son coincidencias
Bellísima película basada en desgraciadas casualidades |
del tipo que me toque sentarme en un abarrotado avión junto a un ex-novio de infausto recuerdo al que no pensaba volver a ver nunca más en la vida. ¿Se trata de un vuelo
corto? nooo, ¡por favor!. De tres horas mínimo, sin posibilidad de escapatoria y encima dando las gracias por no ser un transcontinental. El infrascrito, desde luego se alegra muchíiisimo de verme pero sobre todo de enseñarme las fotos de su modélica familia, amén de contarme con pelos y señales sus logros en el trabajo, y que vamos, no le puede ir mejor en la vida. ¡Bendito mp3, mp4 o lo que sea!, lástima de no tener unos cascos que me cubrieran la cara o a poder ser medio cuerpo.
Y luego me decís que ¿la mala suerte no existe?, pues si es así, yo debo ser prima segunda del Murphy ese, que hasta le han sacado canciones y todo. Por algo será ¿no?