Mis comienzos en la SER |
En su momento, la radio se convirtió en mi amante, casi siempre caprichoso y nocturno, en mi amiga con la que podía hablar de casi cualquier cosa, mi objetivo, mi meta mi ambición... aunque de esa siempre tuve más bien poca.
Y es que la radio engancha, a los insomnes, a los que trabajan hasta la madrugada, a los que se levantan pronto por la mañana, los que no saben conducir un pequeño trayecto en su coche sin antes haber encendido el aparatito, cada vez más sofisticado, eso sí...
En Radio Euskadi |
Seguro que habrá opiniones para todos los gustos, y espero que así sea y continúe, pero pienso que la radio se ha quedado relegada por tanta tecnología. El romanticismo de las ondas por frecuencia modulada (porque de la Onda Media ya no vamos a hablar...) parece de otra época, y como muestra véase la película de Woody Allen cuyo título he copiado para este artículo. Me gustaría saber cuantos "veinteañeros" están ahora mismo enganchados a la radio o por lo menos la escuchan habitualmente.
Granada desde la Alhambra |
Bonito sí, alentador y con alas para el alma. Saber que llegas a tanta gente y que se molestan en demostrarlo es difícil de olvidar. Pero todo eso forma parte del pasado. Mi ego nunca fue lo suficientemente grande como para necesitar demasiado alimento. Esa es mi fortuna, mis nuevas pasiones. Mi presente , siempre esperanzador. El pasado sólo fue diferente, no mejor...