DESPEDIRSE

Andrea Hübner

Es importante en cualquier contexto. No resulta agradable, es una situación que incomoda, perturba... pero las cosas bien hechas nunca fueron fáciles. A eso se  le llama ser honesto.

En una relación, más que nunca. Si uno está seguro de que se acabó, de que ya no hay más, ser "limpios" es lo que toca. No valen mensajes de texto, e-mails ni siquiera llamadas de teléfono. Dar la cara es lo mínimo. Si has amado, has compartido tiempo de tu/su vida ¿Qué menos se puede pedir?.

Si ya no hay color, ni pajaritos que trinan a tu/su alrededor ¿Por qué no ser valientes, ponerse por un instante en el lugar del otro y NO hacer daño?. "Empatía" es la palabra, grábatela en la frente si es preciso.

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Una nota no es una despedida, no te confundas, no te auto-manipules, por mucho que las cosas se pusieran feas, al final, tu final,no hay excusas, no añadas más dolor ni sufrimiento; lo estrictamente necesario. Hazlo bien, las personas que de una u otra forma hemos querido , han sido importantes durante un periodo de nuestra vida, corto o 

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largo, es lo único que nos llevamos al otro barrio. ¿Quieres sentirte un canalla cuando el final este próximo?
La crueldad es absolutamente ruin e innecesaria. Si fuera al contrario querrías saber, un poco de respeto.

Necesitamos al menos un "por qué, cuando o cómo". La ruptura es una pequeña muerte, un fracaso. Suavicemos pues el trance. No te escondas en tu debilidad, tu cobardía, "la ley del mínimo esfuerzo". No dejes puertas abiertas "por si acaso". Demuestra ahora todo eso que dices que eres y mírame a los ojos si puedes.

Y SI NO…QUEDAMOS COMO AMIGOS

Es complicado terminar una relación, aunque no funcione. Nos volvemos débiles, cobardes. Nos asusta el cambio, el vacío de una vida a solas con nosotros mismos. Pero cuando se acaba, se acaba, y alargar la agonía no sirve de nada.

Lo ideal, después de haber compartido nuestro precioso tiempo con otra persona, sería reconvertir esa pasión inicial, que unas veces dura más que otras, en una amistad… del tipo que sea.

¡Cuantas veces habremos oído o dicho la frasecita de marras! Confieso que yo nunca la he utilizado, precisamente porque la he oído pronunciar en unos labios que todavía llevaban mi sabor. Dar opciones inexistentes es sencillamente cruel e innecesario.

¿Es una falacia la amistad entre hombres y mujeres? Pues… para la que suscribe Sí. Me encantaría decir que todo es posible, pero cuando media algún tipo de atracción, siempre bajo mi muy particular experiencia, la amistad bien entendida no es viable.

Cuidemos de verdad las amistades que ya tenemos porque seguro que la pasión volverá, silenciosa o exultante, y quién sabe si viene  para quedarse.




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