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Hans Jochem Bakker. |
Muchas veces uno no lo tiene claro. Cuando nos encontramos en lugares extraños o inhabituales, ya sean geográficos o del alma, las razones para quedarse o marcharse se vuelven difusas. ¿Donde está mi hogar? ¿A dónde pertenezco? Susanna Tamaro decía: "Donde el corazón te lleve". Pero este órgano tan importante tiene la mala costumbre de equivocarse a menudo, se deja convencer con facilidad cuando oímos lo que siempre hemos querido oír, aunque haya estado cerrado a cal y canto bajo mil llaves
Y es que los sentimientos son difícilmente controlables cuando el ritmo cardíaco se acelera, cuando las manos sólo quieren tocar otras manos, cuando la piel sólo resplandece en el reflejo de la otra. Cuando mis ojos sólo buscan los tuyos. Cuando...
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Omar Ortiz |
Pero... de pronto alguien perturba nuestro santuario, nuestro sueño intimidad y descanso. Con sus ruidos, sus malos hábitos. Ya no eres ni tan listo ni tan rápido, pero... ¿Le sigo amando?, ¿Me importa si es feliz aunque lo sea sin mi?. Esas son las grandes preguntas.
De repente, se suceden los cambios, primero el tono de voz, las virtudes se convierten en defectos, los reproches se esconden bajo bromas sin gracia. Las largas conversaciones se convierten en relatos del día a día y la comunicación otrora esencial, indispensable, se vuelve
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Alfredo Araujo Santoyo |
unilateral, cada uno se encierra en sí mismo y piensa que el culpable de todo es el otro, que el esfuerzo más grande lo ha hecho uno y reina el desconsuelo, el desconcierto, porque nadie dice lo que verdaderamente siente, por orgullo mal entendido, dignidad... qué se yo.
Hay que evitar las discusiones, evitar decir lo que pasa, porque duele. Evitar pasar un mal rato aunque hablando se entienda la gente. Evitar, evitar, evitar... hasta que no haya camino de vuelta, hasta que quizás alguien nos devuelva la sonrisa, hasta que encontremos al menos, alguien con quien pasar la jodida Navidad.