ELUCUBRACIONES EN UNA MADRUGADA PUÑETERAMENTE CALUROSA

Ahora mismo no sé qué hacer con mi cuerpo serrano. He perdido la cuenta de las horas que llevo dando vueltas en la cama y como ya me sé todos los "truquis" para poder dormir, o por lo menos no obsesionarse, pue hace rato ya que he dejado de mirar el despertador con sus números acechantes, porque además son rojos que dan mal rollo, no como el viejo que por lo menos eran de color verde y en estas ocasiones me acuerdo de él como de aquellas vírgenes de Lourdes que si las acercabas a la luz un rato, luego en la oscuridad desprendían un color casi sobrenatural que a mí me gustaba cuando era pequeña.

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Y no será porque no haya probado de todo como estar a remojo el máximo tiempo posible, pero como soy desesperantemente "delicadita", tengo que tener especial cuidado cuando abro tooodas las ventanas en el fresquito de la noche para que se forme corriente y baje la temperatura ambiente. Y es que soy del Norte y  aquí no estamos acostumbrados a estos achicharres. Que sí, que ya sé que todo el mundo lo está sufriendo por igual y eso me empieza a asustar, porque no me parece ni medio normal que en estos momentos haga casi el mismo calor en Bilbao que en Madrid por ejemplo. 

En Sevilla no quiero ni pensar lo que estarán pasando los pobres. Creo que no he pasado más calor en mi vida que a orillas del Guadalquivir, que se le quitan a uno las ganas hasta de "rebujitos", con lo ricos que están. Y esa es otra, porque ya entrada la noche no se puede uno hidratar como le apetece si no quiere estar haciendo viajes continuos al baño.

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Los helados están desapareciendo de todas partes. No es broma que me he tirado toda la tarde buscando y sólo quedaban los más "desaboríos", vamos los que nadie quiere y desde luego a mí no me apetecen. 

Las heladerías no dan a basto. Sólo de pensar dónde está mi favorita ya me deshidrato. Uuuff qué perezón ir hasta allí sudando la gota gorda para que luego sólo queden restos.

Bueno, voy a dejar de pensar en estas cosas porque se me activan los jugos gástricos y ya tengo demasiadas "compañías no deseadas".

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Estooo... bueno yo os voy dejando eh?. Hala vamos a lo nuestro ZZZzzz ZZZzzz....

QUE ME LO EXPLIQUEN

Rubén de Luis

Pensaba caminar un rato y tomar un poco el aire pero el calor era sofocante incluso a la sombra de los bonitos árboles de "mi parque".

Estaba lleno de gente por todas partes, ni un banco en el que poder sentarse.

Niños y perros corriendo,  jugando y riendo en un día caluroso por accidente.

Unas mujeres hablaban a voz en grito volviendo el calor más denso, más insoportable.

De pronto oí tu nombre. Me arriesgué a preguntar - Perdón, ¿Cómo dice?.

Me dí la vuelta. No había reparado que estaba a pocos metros de tu casa. Por un instante me faltó el aire, tuve que sentarme.

No puede ser, así no... ¿Hoy precisamente?. Siempre de prisa, siempre con el tiempo justo, pero ¿De verdad tienes que marcharte?

Acuarela de Taniele Sadd

Es una broma demasiado pesada. Tus "storyboard" de servilleta de bar, nunca hubieran sido tan feas como esta.

Que me digan qué ha pasado, cual es la gracia . ¡Que me lo expliquen los que creen en las coincidencias!.

DE MADEIRA AL CIELO

Uno de los pocos sitios del centro sin obras

Normalmente dedicamos bastante tiempo a planificar las vacaciones, destinos que imaginamos una y otra vez cuando estamos estresados, tristes o agobiados. Una manera para escapar de la rutina y ponernos de mejor humor sólo pensando lo bien que lo vamos a pasar y las cosas tan bonitas que veremos. Sí, normalmente yo también lo hago, pero en esta ocasión por diferentes causas me vi más o menos "obligada" a coger una oferta de última hora y no tuve tiempo de pensar ni mucho menos planificar.

Rincones escondidos...

No se muy bien lo que esperaba, pero desde luego no una ciudad entera EN OBRAS. Creo que hasta el viajero más indulgente se sentiría más que molesto.
Afortunadamente encontré lugares donde poder disfrutar de su gastronomía, pasear por algunas de las coloridas calles de Funchal, y felizmente, dar rienda suelta a una de mis pasiones; la fotografía. 
Lo más impresionante de la isla son sus paisajes escarpados, con extraordinarios precipicios y hondonadas, no aptos para quienes sufren de vértigo.

Una de las maravillosas vistas que se pueden encontrar en la isla.

No me apetecía alquilar un coche y como tengo por costumbre y es lo que más me gusta hacer cuando viajo, me mezclé entre los Madeirenses en uno de sus autobuses más "populares". ¡Por todos los dioses del firmamento! ¡No sabía dónde me había metido!. No podéis imaginar qué sensación y qué mareo, (superados los 40 grados y por supuesto sin aire acondicionado), aquellas carreteras imposibles en las que los vehículos hacían maniobras aterradoras para darse el paso unos a otros. 
Pasé auténtico miedo, e incluso llegué a pensar que ese sería mi último viaje porque aquello subía, subía y después volvía a subir un poco más, el conductor me miraba de reojo con cara de cachondeo porque yo estaba sentada en primera fila, no vaya a ser que me perdiera mi propia defenestración. Y lo que se suponía que era transporte "urbano" paraba en sitios imposibles en los que las mismísimas cabras no hubieran mantenido el equilibrio. Aquello no terminaba nunca y  el final de aquellos angostos caminos no parecía ser otra cosa, pensé, que el "cielo"...

¡PERO QUÉ PASA CON EL TIEMPO!

Con este tiempo me recibió Alemania

Hace poco os contaba que no me gusta el frío, la oscuridad del invierno y los cambios horarios. No puedo decir que haya cambiado de opinión, me sigue gustando más el calorcito y el sol, pero debo decir que últimamente los cambios climáticos me están dando mucho que pensar. 

Hace un par de días que he vuelto de Alemania. Como imaginaréis me fui "forrada hasta los dientes" por mi ya de sobra conocido pavor a las bajas temperaturas. Debo decir que el resultado de tanta previsión ha sido que la mayoría del tiempo me he sentido agobiada por un exceso de ropa. Mientras en Bilbao las bajas rozaban los 5 grados, allí el tiempo me sorprendía con unos cielos con sol radiante durante el día e increíblemente estrellados durante la noche. Personalmente prefiero "sufrir" por exceso de calor que por todo lo contrario, así que hasta ahí bien... o ¿no?.

Bajas temperaturas en la recuperación después del "Sandy"

Sólo hay que echar un vistazo a los informativos diarios para darnos cuenta de que el número de catástrofes naturales está creciendo de una forma alarmante. 

Hace sólo unos días se produjo la super tormenta que han dado en llamar "Sandy" y que dejó en el más absoluto caos a Nueva York, la ciudad entre las ciudades. Se llegó a cerrar la capital financiera del mundo. Wall Streeet no se había visto en otra, por lo menos por causas climáticas, desde hace nada menos que 30 años. Por no hablar del número de terremotos que se están sucediendo en sólo una semana en Guatemala.

Por mucho que me guste frivolizar siempre que sea posible, creo que los últimos acontecimientos apuntan a que algo realmente grave está pasando en este planeta que habitamos y desde luego no se puede echar toda la culpa al calentamiento global y/o al cambio climático. Habría que revisar cuales son nuestra costumbres cotidianas y concienciarnos de hasta qué punto somos realmente responsables de este espantoso caos.